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La memoria de la Guerra de los Bancanes

Se cumplen 30 años de las llamadas Guerras Yugoslavas, uno de los peores conflictos de la historia .

Una mujer ante una pared con agujeros de balas y proyectiles en Sarajevo, la capital de Bosnia y Herzegovina, una de las más afectadas durante la Guerra de los Balcanes. (Michael J. Haggerty / Picryl)

Se cumplen 30 años de las llamadas Guerras Yugoslavas, uno de los peores conflictos de la historia 

Este año se cumplen 30 años del inicio de la Guerra de los Balcanes, que enfrentó a varios pueblos al este de Europa y fue uno de los peores conflictos de la historia según las Naciones Unidas (ONU). Los enfrentamientos se desarrollaron entre 1992 y 1995 y se calcula que murieron 130.000 personas.

El 25 de junio de 1991, Croacia y Eslovenia declararon su independencia de Yugoslavia, una federación de repúblicas que se formó tras la Segunda Guerra mundial (1939-1945). La federación yugoslava agrupaba seis repúblicas dominadas por diferentes grupos étnicos: Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. Los principales protagonistas del conflicto fueron Croacia (de mayoría católica), Bosnia (de mayoría musulmana) y Serbia (mayoría ortodoxa). 

Hasta 1980, el presidente comunista de Yugoslavia, Josip Broz Tito, había conseguido reprimir los movimientos separatistas y mantener una cierta unidad en la federación. Pero la llegada al poder del nacionalista Slobodan Milosevic como presidente de Serbia en 1989 supuso el fin de la convivencia. El resto de repúblicas se sentían atacadas por la ideología supremacista de Milosevic, que consideraba a los serbios superiores al resto, así que decidieron independizarse de Yugoslavia. 

El ejército yugoslavo luchó con los serbios para evitar que el resto de repúblicas se independizaran. Croacia estuvo en guerra con Serbia durante cinco años hasta firmar la paz en 1995. El conflicto entre serbios y croatas provocó decenas de miles de muertos. En cambio, el conflicto contra Eslovenia duró solo diez días, ya que la Federación de Yugoslavia no quería dedicar esfuerzos a este conflicto y se retiró enseguida. 

El conflicto más duro y trágico fue en Bosnia-Herzegovina, donde el ejército yugoslavo cometió diversos crímenes contra la humanidad para evitar que Bosnia fuera un país independiente. Se produjo una limpieza étnica para terminar con los no serbios en este territorio.

El papel de la comunidad internacional ante el genocidio 

En 2020 se cumplieron 25 años de la matanza de Srebrenica, una ciudad de Bosnia y Herzegovina donde tuvo lugar el mayor crimen perpetrado por las fuerzas yugoslavas. Srebrenica es el único genocidio reconocido en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que las autoridades bosnias aseguran que se produjeron muchos más ataques sistemáticos contra la población.

Miles de refugiados bosnios se habían desplazado a esta ciudad huyendo del conflicto, ya que la ONU lo había catalogado como lugar seguro. Pero cuando el ejército serbobosnio entró en la ciudad, las fuerzas de paz internacionales no hicieron nada para proteger a los ciudadanos de los ataques y los fusilamientos masivos.

El general serbobosnio Ratko Mladic, conocido como “el carnicero de Srebrenica”, y el presidente serbio Radovan Karadzic fueron juzgados por crímenes de guerra y condenados a cadena perpetua por el Tribunal Penal Internacional.

La guerra de Bosnia vivió diferentes fases: al principio, bosnios y croatas se unieron contra los serbios y serbiobosnios (serbios nacidos en Bosnia), pero después los croatas formaron un bando aparte para reclamar una parte del territorio bosnio. El ejército internacional de la OTAN acabó interviniendo y bombardeó a los serbios para poner fin al conflicto.

El final de la guerra se firmó el 1995 en Estados Unidos, en una conferencia de paz a la que asistieron los presidentes de Croacia, Bosnia y Serbia. Según los Acuerdos de Dayton, los serbios reconocían la existencia de Bosnia como estado independiente

Pero la Guerra de los Balcanes no terminó ahí. En 1998 estalló otro conflicto, esta vez entre serbios y albaneses, por el territorio de Kosovo. Al final de la guerra, este territorio quedó como una provincia autónoma de Serbia administrada por la ONU. En 2008, el gobierno de Kosovo declaró unilateralmente su independencia, reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional pero no por Grecia, Eslovaquia, Chipre, Rumanía, España. Tampoco potencias como Rusia o China reconocen la independencia del país. 

La Guerra de los Balcanes fue uno de los primeros conflictos que se retransmitió por televisión en todo el mundo. La mayoría de gente desconocía el origen de los enfrentamientos y que en aquella zona vivían pueblos con identidades y religiones muy diferentes. A menudo se presentó la historia de manera simplificada: los serbios eran los malos y, con el apoyo del gobierno yugoslavo, atacaban a los croatas. Sin embargo, en todos los bandos hubo líderes políticos y religiosos que incitaron a la guerra y enfrentaron a la población.

Los orígenes del conflicto

Las tensiones y enfrentamientos entre las diferentes etnias y religiones que conviven en los Balcanes se remontan a hace muchos siglos. Entre los siglos VI y VIII, los serbios quedaron bajo la influencia del imperio bizantino y adoptaron el cristianismo ortodoxo como religión mayoritaria, mientras que los croatas estaban dominados por el Imperio Romano y la religión católica

Durante la Edad Media, los estados independientes de serbios, croatas y bosnios quedaron dominados por los imperios húngaros, austríacos y turcos. En 1389, Serbia perdió la provincia de Kosovo frente a Turquía: los turcos ocuparon la región durante 400 años e introdujeron su religión, costumbres y tradiciones. Ese fue el origen del resentimiento serbio contra los musulmanes.

En 1914, el asesinato de Francisco Fernando, archiduque de Austria, desencadenó la Primera Guerra Mundial (1914-1919). El final de la guerra supuso también el fin del imperio austrohúngaro y el nacimiento del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que en 1929 se convirtió en el Reino de Yugoslavia

Desde siempre, serbios y croatas estuvieron enfrentados por el dominio del territorio. Esta enemistad aumentó cuando los fascistas croatas dieron apoyo a la Alemania nazi durante la invasión de Yugoslavia en la Segunda Guerra Mundial. 

Al final de la guerra surgió una Yugoslavia comunista, liderada por Josip Broz Tito, que mantuvo una frágil paz durante años, hasta que resurgió el nacionalismo serbio y estalló la Guerra de los Balcanes. 

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