Florida restringe las redes sociales a menores
Los menores de 14 años que viven en esta región de Estados Unidos no podrán acceder a estas plataformas ni crear un perfil de usuario.
Los menores de 14 años que viven en esta región de Estados Unidos no podrán acceder a estas plataformas ni crear un perfil de usuario
Las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestro día a día. Adultos y jóvenes las utilizan en su vida diaria para comunicarse, entretenerse e informarse. En los últimos años, los expertos han tratado de dar respuesta a la misma pregunta: ¿Cómo proteger a los menores de los riesgos de estas plataformas?
El gobernador de Florida (Estados Unidos), Ron DeSantis, ha aprobado una ley que prohíbe a los menores de 14 años tener una cuenta en redes sociales y exige a los jóvenes de 14 y 15 años obtener el consentimiento paterno para poder hacerlo. La normativa también exige que las plataformas utilicen un sistema de verificación para descartar a los menores de edad.
Los partidarios de la ley creen que esta puede ayudar a frenar los efectos nocivos de las redes sociales en el bienestar de los niños y así protegerlos. Los menores se exponen a contenido inapropiado, pueden desarrollar adicciones, sufrir ciberacoso y experimentar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental debido a las interacciones en línea.
En el otro lado están los detractores, que señalan que la ley viola las protecciones de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos a la libertad de expresión. Estos consideran que los padres, y no el gobierno, son los responsables de tomar las decisiones sobre la presencia de sus hijos en las redes sociales.
En marzo de 2023, Utah se convirtió en el primer estado del país en adoptar leyes para regular el acceso de los menores de edad a las redes sociales, seguido por Arkansas, Louisiana, Ohio y Texas.
Desde compartir momentos con amigos y familiares, hasta estar al tanto de los eventos que ocurren en nuestra ciudad, pasando por leer las noticias de última hora y ver vídeos divertidos… Las redes sociales han transformado la forma en que nos relacionamos, nos informamos y nos entretenemos.
Para niños y adolescentes, las redes sociales se han convertido en un espacio en el que expresarse, conectar con sus pares y explorar su identidad. Sin embargo, junto con los beneficios que ofrecen, también han surgido preocupaciones sobre los impactos negativos que pueden tener.
Por un lado, está la vulneración de su privacidad. Las compañías tecnológicas recopilan millones de datos personales de sus usuarios: la edad, el lugar de residencia, sus contactos, sus preferencias, sus perfiles más seguidos… Así, las plataformas promocionan los contenidos más populares para obtener un beneficio económico.
Esta información convierte a los menores de edad en usuarios especialmente vulnerables, ya que son más influenciables a los contenidos que ven en Internet. Su capacidad de decisión y su mirada crítica no están totalmente desarrolladas y pueden ser víctimas de estafas y promociones engañosas.
Por otro lado, en Internet circulan contenidos potencialmente dañinos para los jóvenes: comentarios humillantes, usuarios que difunden ideas discriminatorias, perfiles que promueven conductas alimentarias poco saludables, retos que animan a realizar actividades peligrosas…
Varios informes también han demostrado que la desinformación está muy presente en estas plataformas. Además, pueden contribuir a que los jóvenes experimenten problemas de salud mental como ansiedad y depresión.
Edad mínima para conectarse
La edad mínima con la que los menores pueden acceder a las redes sociales varía en función de la plataforma y la ubicación geográfica. En Europa, la edad mínima con la que los menores pueden abrirse un perfil es de 16 años según la normativa europea.
Sin embargo, esta normativa deja en manos de los estados miembros que esa edad sea inferior. En el caso de España, la Ley de Protección de Datos la ha fijado en 14 años, aunque los adolescentes pueden crearse un perfil y acceder antes si tienen autorización de sus padres o tutores.
El problema es que la mayoría de plataformas no comprueba si los usuarios dicen la verdad acerca de sus datos. El método más habitual para intentar verificar la edad es introducir la fecha de nacimiento, pero mentir sobre nuestra fecha de cumpleaños es bastante fácil.
Esto ha provocado que los menores entren y utilicen las redes sociales con facilidad, lo que sigue planteando preocupaciones importantes sobre la seguridad y el bienestar de niños y jóvenes en Internet.