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Empieza la primavera

El equinoccio de primavera no ocurre siempre el mismo día, sino que cada año depende de la posición de la Tierra con respecto al Sol

La primavera se relaciona con la vitalidad, el optimismo y el florecimiento (Pexels Jan Krnc)
La primavera se relaciona con la vitalidad, el optimismo y el florecimiento (Pexels Jan Krnc)

El equinoccio de primavera no ocurre siempre el mismo día, sino que cada año depende de la posición de la Tierra con respecto al Sol

El pasado 20 de marzo, el hemisferio norte dejó atrás el invierno para dar la bienvenida a la primavera. La fecha exacta en la que comienza esta estación está determinada por el equinoccio de primavera, que generalmente ocurre alrededor del 20 o 21 de marzo. Sin embargo, es una fecha que puede variar cada año.

Las estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) dependen de la posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol y la inclinación de su eje. Durante el equinoccio de primavera, la posición terrestre hace que el día y la noche tengan aproximadamente la misma duración en todas las partes de la Tierra. El Sol está doce horas por encima del horizonte.

La variación en la fecha exacta del equinoccio se debe a la irregularidad en la duración de los años terrestres. Este 2024, por ejemplo, es un año bisiesto: el mes de febrero ha tenido 29 días en lugar de los 28 habituales. Este cambio también repercute en la llegada de la primavera.

El equinoccio ha sido el punto de partida del calendario para muchas culturas a lo largo de la historia. Por ejemplo, el calendario romano antiguo marcaba marzo como el inicio del año. La llegada de la primavera tenía un significado importante para los romanos, ya que marcaba el renacimiento de la naturaleza y el comienzo de la temporada de siembra

A día de hoy, en muchos países del mundo se celebran fiestas de primavera para dar la bienvenida a esta estación, que se relaciona con la vitalidad, el optimismo y el florecimiento.

Temperatura y estaciones

De manera generalizada, se suelen relacionar los cambios de estación con un cambio en el clima. Esta apreciación no es del todo incorrecta, pues las temperaturas sí que están influenciadas por el ciclo estacional. Durante la primavera en el hemisferio norte, por ejemplo, la Tierra recibe más luz solar directa, ya que el hemisferio se inclina hacia el Sol.

Por eso, cuando llega la primavera esperamos dejar atrás el frío propio del invierno y esperamos experimentar temperaturas más cálidas.

Sin embargo, no debemos confundir lo climatológico con lo astronómico. Las estaciones se definen astronómicamente, basadas en la posición de la Tierra con respecto al Sol. Estos eventos astronómicos, como los solsticios y los equinoccios, marcan el comienzo de cada estación.

Por su parte, las condiciones climáticas que experimentamos en la Tierra no siempre reflejan exactamente el inicio o la duración de una estación en particular. Aquí entran en juego fenómenos como el cambio climático, que está provocando alteraciones en los patrones climáticos de nuestro planeta. 

De esta manera, es cada vez más habitual que haga calor en estaciones que a priori deberían ser frías, como el invierno. En España, el pasado invierno fue el más cálido de la serie histórica, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). La temperatura media en la península fue de 8,5ºC, valor que queda 1,9ºC por encima de la media de esta estación.

Cambio climático y alergias

La primavera también está asociada al nacimiento de las flores. Durante esta época del año, muchas plantas florecen y liberan polen al aire como parte de su proceso reproductivo. Este proceso natural tiene un impacto en las personas alérgicas al polen, que pueden experimentar síntomas como estornudos, picor en los ojos y congestión nasal.

Sin embargo, el cambio climático también está afectando a este proceso. Las temperaturas son cada vez más cálidas y estas pueden adelantar el inicio de la temporada de polen, pues el calor ayuda a estimular el crecimiento y la floración de las plantas antes de tiempo. 

Las temperaturas cálidas también pueden provocar una mayor concentración de polen y alargar esta temporada floral, ya que hace calor durante más tiempo.

Para las personas alérgicas, esto significa que tienen que enfrentarse a los alérgenos durante un período de tiempo más largo, lo que puede aumentar la intensidad y la duración de sus síntomas.

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